Iraq ha desplegado a más de 30.000 soldados para recuperar la estratégica ciudad que está en manos del Estado Islámico
Kirkuk. Las fuerzas gubernamentales iraquíes se acercan lentamente a Tikrit, frenadas por los francotiradores y las minas colocadas por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), en el segundo día de su ofensiva para retomar esta ciudad estratégica entre Bagdad y Mosúl.
"Avanzamos con precaución", indicó el comandante de la provincia de Saladino, en la que se encuentra Tikrit, porque el Estado Islámico "utiliza técnicas de guerrilla urbana" y recurre a "tiradores emboscados".
Para reconquistar Tikrit, bastión de los yihadistas situado unos 160 kilómetros al norte de Bagdad, las fuerzas de seguridad convergen desde "tres direcciones" con el fin de controlar las afueras de la ciudad, según el oficial.
Las tropas se encontraban este martes en la periferia de Dur, una ciudad al sur de Tikrit, cuyo centro está en manos del Estado Islámico. Los yihadistas utilizan a los civiles que no consiguieron huir como escudos humanos, según el comandante.
"El objetivo es rodear a los combatientes y lanzar el asalto para que no puedan huir", explicó.
El ejército iraquí avanza lentamente hacia Tikrit. (YouTube)
A proximidad de Djila, el ejército iraquí y sus aliados avanzan lentamente por culpa de la gran cantidad de artefactos explosivos que el Estado Islámico repartió por la zona.
Bagdad movilizó a 30.000 soldados y su aviación en la mayor operación lanzada desde que el Estado Islámico conquistó amplias franjas de territorio iraquí en junio del 2014.
Los yihadistas anunciaron que un ciudadano estadounidense había perpetrado un atentado suicida contra militares en la provincia de Saladino.
"El hermano Abu Dawud al Amriki, que Dios lo tenga en su gloria, se lanzó a bordo de su camión lleno de explosivos" sobre un grupo de combatientes, indicó el canal radiofónico del Estado Islámico, sin dar más precisiones sobre la identidad del kamikaze.
'PASARELA HACIA MOSÚL'
El Estado Islámico controla Tikrit desde hace unos nueve meses y su avance ha sido espectacular en el norte y el oeste de Iraq, donde el grupo yihadista impone su ley y multiplica las atrocidades, al igual que en los territorios que controla en la vecina Siria.
Las fuerzas iraquíes llevan meses intentando reconquistar el norte del país, con el apoyo de la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos; pero, aunque consiguieron algunas victorias, aún no fueron capaces de derrotar al Estado Islámico en Tikrit.
La toma de esta localidad abriría una pasarela hacia la liberación de Mosul, segunda ciudad del país, situada unos 350 kilómetros al norte de Bagdad.
El ejército iraquí cuenta con la ayuda de policías, unidades antiterroristas, grupos de voluntarios de mayoría chiíta y tribus locales sunitas en la batalla por reconquistar Tikrit.
Según medios iraníes e iraquíes, el general Ghasem Suleimani, comandante de la Fuerza Quds, una unidad de élite del ejército de Teherán, está en la provincia de Saladino para ayudar a coordinar las operaciones.
Francotiradores reciben a tropas iraquíes que rodean Trikit
(AFP)
El primer ministro iraquí Haider al Abadi pidió el domingo a las fuerzas progubernamentales que respetaran a la población civil de Tikrit. Intentaba así tranquilizar a los habitantes, en su mayoría árabes sunitas, que temen represalias.
Las milicias chiítas, acusadas de llevar a cabo abusos, juraron vengar un ataque perpetrado por el Estado Islámico, a mediados de 2014, contra el campo militar de Speicher, en el que murieron centenares de jóvenes reclutas chiítas. Según ellas, las tribus sunitas locales fueron cómplices de la masacre.
Según John Drake, un experto del instituto de investigación sobre seguridad AKE, la batalla iniciada el lunes tiene más posibilidades de éxito que los anteriores intentos, ya que los grupos chiítas disponen de más medios.
"La operación será, sin embargo, muy difícil", aseguró, porque las fuerzas de seguridad tendrán problemas para conseguir información en la zona, ya que la población teme las represalias del Estado Islámico.
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Kirkuk. Las fuerzas gubernamentales iraquíes se acercan lentamente a Tikrit, frenadas por los francotiradores y las minas colocadas por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), en el segundo día de su ofensiva para retomar esta ciudad estratégica entre Bagdad y Mosúl.
"Avanzamos con precaución", indicó el comandante de la provincia de Saladino, en la que se encuentra Tikrit, porque el Estado Islámico "utiliza técnicas de guerrilla urbana" y recurre a "tiradores emboscados".
Para reconquistar Tikrit, bastión de los yihadistas situado unos 160 kilómetros al norte de Bagdad, las fuerzas de seguridad convergen desde "tres direcciones" con el fin de controlar las afueras de la ciudad, según el oficial.
Las tropas se encontraban este martes en la periferia de Dur, una ciudad al sur de Tikrit, cuyo centro está en manos del Estado Islámico. Los yihadistas utilizan a los civiles que no consiguieron huir como escudos humanos, según el comandante.
"El objetivo es rodear a los combatientes y lanzar el asalto para que no puedan huir", explicó.
El ejército iraquí avanza lentamente hacia Tikrit. (YouTube)
A proximidad de Djila, el ejército iraquí y sus aliados avanzan lentamente por culpa de la gran cantidad de artefactos explosivos que el Estado Islámico repartió por la zona.
Bagdad movilizó a 30.000 soldados y su aviación en la mayor operación lanzada desde que el Estado Islámico conquistó amplias franjas de territorio iraquí en junio del 2014.
Los yihadistas anunciaron que un ciudadano estadounidense había perpetrado un atentado suicida contra militares en la provincia de Saladino.
"El hermano Abu Dawud al Amriki, que Dios lo tenga en su gloria, se lanzó a bordo de su camión lleno de explosivos" sobre un grupo de combatientes, indicó el canal radiofónico del Estado Islámico, sin dar más precisiones sobre la identidad del kamikaze.
'PASARELA HACIA MOSÚL'
El Estado Islámico controla Tikrit desde hace unos nueve meses y su avance ha sido espectacular en el norte y el oeste de Iraq, donde el grupo yihadista impone su ley y multiplica las atrocidades, al igual que en los territorios que controla en la vecina Siria.
Las fuerzas iraquíes llevan meses intentando reconquistar el norte del país, con el apoyo de la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos; pero, aunque consiguieron algunas victorias, aún no fueron capaces de derrotar al Estado Islámico en Tikrit.
La toma de esta localidad abriría una pasarela hacia la liberación de Mosul, segunda ciudad del país, situada unos 350 kilómetros al norte de Bagdad.
El ejército iraquí cuenta con la ayuda de policías, unidades antiterroristas, grupos de voluntarios de mayoría chiíta y tribus locales sunitas en la batalla por reconquistar Tikrit.
Según medios iraníes e iraquíes, el general Ghasem Suleimani, comandante de la Fuerza Quds, una unidad de élite del ejército de Teherán, está en la provincia de Saladino para ayudar a coordinar las operaciones.
Francotiradores reciben a tropas iraquíes que rodean Trikit
(AFP)
El primer ministro iraquí Haider al Abadi pidió el domingo a las fuerzas progubernamentales que respetaran a la población civil de Tikrit. Intentaba así tranquilizar a los habitantes, en su mayoría árabes sunitas, que temen represalias.
Las milicias chiítas, acusadas de llevar a cabo abusos, juraron vengar un ataque perpetrado por el Estado Islámico, a mediados de 2014, contra el campo militar de Speicher, en el que murieron centenares de jóvenes reclutas chiítas. Según ellas, las tribus sunitas locales fueron cómplices de la masacre.
Según John Drake, un experto del instituto de investigación sobre seguridad AKE, la batalla iniciada el lunes tiene más posibilidades de éxito que los anteriores intentos, ya que los grupos chiítas disponen de más medios.
"La operación será, sin embargo, muy difícil", aseguró, porque las fuerzas de seguridad tendrán problemas para conseguir información en la zona, ya que la población teme las represalias del Estado Islámico.