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» El escándalo de corrupción en Petrobras se acerca un paso más al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil con la detención este jueves de su tesorero para declarar en el caso, que según acusados recibió sobornos para esa organización política. "Hay una orden de conducción coercitiva contra Joao Vaccari Neto, por la que será detenido temporalmente para declarar", informó a la AFP un portavoz de la policía. Imágenes de la prensa brasileña mostraron al tesorero del Partido de los Trabajadores llegando a la sede de la policía federal en Sao Paulo, ciudad en la que reside. DONACIONES LEGALES O ILEGALES "Queremos tener informaciones sobre donaciones que él pidió, legales o ilegales, a personas que mantenían contratos con Petrobras", declaró Carlos Fernando Lima, procurador regional de la República, en una rueda de prensa en Curitiba (sur), donde está basado el caso. Pero aclaró que "es muy prematuro aún" decir cuál era el rol de Vaccari en el esquema. Vaccari Neto fue señalado como "operador" del Partido de los Trabajadores en el esquema de corrupción por el exdirector de Abastecimiento de Petrobras Paulo Roberto Costa y por el empresario Alberto Youssef, ambos detenidos en el marco de la investigación. Las declaraciones de Costa a la policía para beneficiarse de una reducción de su pena revelaron la existencia de un cartel integrado por las principales empresas constructoras de Brasil que se repartían contratos sobrefacturados en Petrobras. Un 3% de los contratos era destinado al pago de sobornos que iban al Partido de los Trabajadores y a dos partidos aliados en la coalición de gobierno, así como a intermediarios dentro y fuera de Petrobras, según Costa, que citó a decenas de políticos como beneficiados. CAPÍTULO 9 La conducción forzada de Vaccari Neto a una comisaría para declarar forma parte de la novena fase de la Operación "Lava Jato", que investiga una trama de corrupción que habría movido unos 4.000 millones de dólares en una década. En total fueron emitidas este jueves 62 órdenes de prisión preventiva, temporal, conducción coercitiva y búsqueda y aprehensión en cuatro estados brasileños: Sao Paulo y Rio de Janeiro (sureste), Bahia (noreste) y Santa Catarina (sur). La policía precisó que investiga a 26 empresas, la mayoría creadas para lavar dinero de la trama. Por ahora hay 39 personas detenidas en el marco de la operación y, algo inédito en Brasil, la mayoría son altos ejecutivos de las empresas constructoras, aunque también jerarcas de Petrobras e intermediarios. Ningún político ha sido arestado hasta el momento. El escándalo estalló en marzo del año pasado y provocó el miércoles la renuncia de la presidenta de la estatal Graça Foster y cinco de los directores, envueltos en una crisis de credibilidad tras las denuncias. La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, que asumió su segundo gobierno hace apenas un mes, se resistió durante meses a la salida de Foster y de los cinco directores, pero terminó por aceptarlas ante la pérdida de confianza del mercado y presiones políticas, según analistas. La gigante petrolera ha perdido millones en bolsa y sufrió el recorte de su nota crediticia dos veces a causa de la publicación atrasada del balance del 3T de 2014, que no contempló las pérdidas contables por el caso de corrupción. Petrobras escogerá a su nueva directiva en una reunión de su consejo de administración el viernes. El caso ha impactado fuertemente en la empresa cotizada en bolsa en Brasil y Estados Unidos, que enfrenta asimismo problemas por la caída del precio internacional del petróleo. El esquema de corrupción es investigado también por la SEC (órgano regulador del mercado de acciones) y el departamento de Justicia estadounidenses tras demandas de inversores afectados. El nuevo presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, autorizó por otro lado este jueves la creación de una nueva comisión parlamentaria de investigación (CPI) sobre Petrobras que comenzará a funcionar después de Carnaval. Las CPI tienen poderes similares a los de la justicia para escuchar a acusados y testigos y requerir documentos. Cunha pertenece al PMDB, un poderoso partido de centro que es aliado clave del gobierno, pero no tiene buenas relaciones con el partido oficialista, que impulsaba la elección de un diputado del Partido de los Trabajadores al frente de la Cámara.