Sovaldi es la única terapia que cura la infección en un 90% de los casos, pero cuesta US$90 mil por paciente
Presionados por pacientes que realizan plantones y demandan más ayuda de sus autoridades, el Gobierno de España se vio obligado a garantizar que ningún enfermo con el virus de la hepatitis C (VHC) se quedará sin el medicamento anhelado por quienes padecen este mal. Se trata del codiciado fármaco sofosbuvir, comercialmente conocido como Sovaldi, el cual cura en 90% la enfermedad que afecta a 900 mil personas en España y a al menos 130 millones en el mundo.
El fármaco, del laboratorio Gilead Sciences (EE.UU.), comenzó a venderse a inicios del 2014 y hoy es la principal esperanza de vida de millones de personas que sufren esta silenciosa y mortal enfermedad. Quienes la padecen no tienen idea de que están infectados por el virus hasta 15 o 20 años, después de haber sido infectados cuando aparecen los síntomas. Llegado este momento, el hígado ha sido severamente afectado: el paciente presenta cirrosis o ha desarrollado cáncer.Dos representantes del laboratorio Gilead Sciences, propietaria de la patente de Sovaldi, estuvieron el año pasado en el Perú para iniciar trámites ante las autoridades sanitarias a fin de comercializar ese medicamento en el país.
“Estamos muy próximos a finalizar los trámites de registro de Sovaldi ante las autoridades sanitarias peruanas. Esperamos que una vez presentado el dossier, podamos obtener una aprobación durante el 2015”, dijo a El Comercio Eduardo Cortés, director regional de Gilead Sciences para América Latina y el Caribe, desde California, EE.UU. El problema con Sovaldi es que es un medicamento muy caro: cada pastilla cuesta US$1.000 y el tratamiento requiere la administración de una píldora diaria por 90 días. Así, el tratamiento cuesta US$90.000. Además, debe combinarse con otro fármaco que cuesta casi lo mismo. En países pobres como el Perú pocos podrán pagarlo.
A pesar de esto, el Ministerio de Salud del Perú no tiene previsto iniciar una gestión con Gilead para que Sovaldi ingrese al país a un precio mucho menor, tal como ha ocurrido en Francia o España, donde el tratamiento se vende a US$49 mil (y aún es de escaso acceso para la mayoría de enfermos). “Para iniciar una gestión de este tipo, primero debe conocerse la magnitud del problema en el país, en cuanto a prevalencia de portadores crónicos y estimaciones de casos de cirrosis y cáncer asociados”, declaró a El Comercio el viceministro de Salud Pública, Percy Minaya.
El funcionario indicó que la falta de una estimación oficial del número de personas aquejadas por el VHC en el Perú se debe a que las infecciones que evolucionan a crónicas son asintomáticas, por lo que no son diagnosticadas. Añadió que debido a que “no existen datos sobre la magnitud del problema” y a los altos costos de los medicamentos, el Minsa no ofrece tratamientos gratuitos para los infectados con VHC.El doctor Miguel Palacios Celi, ex presidente del Comité de Salud Pública del Colegio Médico del Perú, refutó al viceministro Minaya y aseguró que en todos los países del mundo se trabaja con prevalencias estimadas. “En el Perú se estima que la prevalencia es de entre 0,8% y 1,2%. Estamos hablando de hasta 360 mil peruanos infectados, en diferentes estadios de la enfermedad. La falta de registros oficiales sobre esta infección es responsabilidad del Minsa”, afirmó. Un estudio del doctor Alejandro Colichón Yerosh, publicado en el 2004, avala al doctor Palacios.
Colichón dijo a El Comercio que las cifras obtenidas hace diez años no pueden haber disminuido porque el Estado Peruano no ha adoptado medidas sobre los factores de contagio de la enfermedad. La sangre es el vehículo más importante de transmisión del mal (tal como el VIH y la hepatitis B). “No hay medidas concretas, salvo en los bancos de sangre”, afirmó Colichón. De acuerdo con el Minsa, en los bancos de sangre se examinan de forma rutinaria todas las bolsas para evitar la transmisión de la hepatitis C.
El viceministro Minaya indicó que, para habilitar tratamientos como el que incluye el uso de Sovaldi, debe tomarse en cuenta que la terapia antiviral requiere “la preparación del personal médico en el manejo de los casos, disponibilidad de laboratorios con tecnología adecuada para identificar los cuatro genotipos del virus y la disponibilidad de los medicamentos”. Sovaldi debe combinarse con otro medicamento para garantizar la efectividad.
Al respecto, Palacios dijo que los medicamentos que se usan en el Perú ofrecen pobres resultados y causan enormes estragos y complicaciones a los pacientes. “El viceministro no dice nada sobre este hecho; sin embargo, para usar sofosbuvir (Sovaldi), que es inocuo y causa molestias menores, sí habla de capacitación y preparación clínica”, señaló. “Por último, tiene herramientas legales, como el intercambio prestacional entre Essalud y el Minsa, ya que en el seguro tienen la tecnología para identificar los genotipos del virus. Hay una desinformación mayúscula”, remarcó.
Eduardo Cortés, de Gilead Sciences, aseguró que el laboratorio elabora un plan de acceso para Sovaldi en el Perú con el cual quieren que el mayor número de pacientes sea tratado en el país. Sin embargo, no ofreció más detalles sobre cuál será el precio de introducción del medicamento.
Sabido esto, ¿el Minsa tomará cartas en el asunto?